miércoles, 29 de abril de 2009

Donna Leon

Donna Leon (Wikipedia), escritora estadounidense que reside en Venecia, se ha convertido en una de las más populares autoras de novela negra, gracias al personaje del comisario Brunetti. Una de las características de sus novelas es que los protagonistas se esfuerzan por disfrutar en lo posible de la vida, como hacía también Carvalho, pero a diferencia de otros policías de vida más negra, como la Salander de Larsson o la Millhone de Sue Grafton.

La página web de la autora en español me parece un buen ejemplo de página editorial correcta: incluye mucha información sobre sus obras y un útil mapa de Venecia en el que se sitúan con claridad los diversos acontecimientos principales de las novelas.

domingo, 19 de abril de 2009

El curioso incidente del perro a medianoche, de Mark Haddon

Mark Haddon logró con este libro un éxito internacional sobre el que vale la pena pararse a pensar. No es un libro de héroe clásico, ni de aventuras o conspiraciones, ni de intriga cinematográfica; tampoco es poético en el sentido tradicional de la palabra. En realidad, es un texto lento, como corresponde a su protagonista, que razona con lentitud. Pero es un libro que, guste o no, vale la pena leer. ¿Por qué?

El mérito, a mi modo de ver, radica en dos virtudes propiamente literarias: la elección del personaje y la del punto de vista (o foco). Primero, se crea un personaje especial, con cierto grado de «deficiencia», atípico en cuanto protagonista de una novela. Pero es singular, tiene ideas que nos sorprenden, algunas que nos iluminan; y sus capacidades no son las mayoritarias, pero en ningún caso (según vamos descubriendo) es incapaz.

El segundo aspecto, una vez tenemos al personaje, es el que corresponde a preguntas como: ¿Quién cuenta la historia? y ¿Quién la ve? (¿A través de qué ojos y qué cabeza vemos lo que ocurre?). Al ceder la palabra a un protagonista atípico, la historia se convierte en atípica y nos sorprende: no sabíamos que el mundo se podía ver así.

Por último, centrar el foco (este concepto viene de la fotografía, y hay que entenderlo como un foco que a la vez que emite luz, deja otras zonas en sombra) en una sola persona es un recurso clásico de la novela de detectives. Así, el narrador no lo sabe todo y lo podemos ir descubriendo de su mano, a medida que avanza la novela; lo acompañamos, muy literalmente.

Al terminar el libro, nos encontramos con que hemos hecho compañía a un ser de mucha humanidad al que llegamos a querer. Y como es una historia de esfuerzo y superación, probablemente, lo acabemos con una sonrisa y con la posibilidad de ser más pacientes ante los que no son como la mayoría.

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