miércoles, 21 de marzo de 2012

LA NOCHE DEL CAZADOR, de Davis Grubb

"Es una hermosísima novela, una fábula gótica ambientada en el Sur, es el hombre del saco, es el mismo rio que el de Mark Twain y es Robert Mitchum en el papel de su vida, porque el predicador endomingado cantando sus salmos salta del celuloide a la novela como si fueran un todo."

"Creo que es uno de los pocos casos en que la pelicula iguala al libro, en descripcion de personajes y la atmosfera (como bien decia Alba) de cuento de hadas que es el mundo de la infancia para los niños, torcido primero por la muerte del padre y luego por esa invasion maligna que resulta ser el extranjero (en este caso el falso predicador, interpretado magnificamente por Mitchum). "


http://www.sedice.com/modules.php?name=Forums&file=viewtopic&t=16882


Son los duros años de la Depresión y Ben Harper, un padre de familia que un día se hartó de tanta miseria y asaltó un banco, espera en la cárcel a que lo ejecuten. Habría obtenido una pena menor si hubiera dicho dónde escondió el dinero, pero se ha negado obstinadamente a confesarlo. Comparte celda con Harry Powell, conocido como el Predicador, un enigmático personaje que lleva tatuadas las palabras «amor» en los dedos de una mano y «odio» en la otra, y está detenido por un delito menor. Ben está casado con Willa y tiene dos hijos, John y Pearl. Los niños estaban con él cuando le detuvieron y saben dónde está el dinero del robo, pero han jurado no decirlo a nadie. Ben morirá en la horca y el Predicador, una vez cumplida su condena, llegará un día al pueblo donde malviven Willa y los pequeños John y Pearl... En 1955, Charles Laughton, un actor británico de inmenso talento, realizó la que sería su única película como director, La noche del cazador. Ominosa y hermosísima, la película es el resultado del afortunado encuentro de un grupo de talentos que coincidieron en una obra de arte mítica que ha fascinado desde entonces a generaciones de aficionados al cine. Robert Mitchum, en el cenit de sus dotes interpretativas, encarnaba al Predicador, y las magníficas Shelley Winter y Lilian Gish le daban la réplica. Pero en el origen de aquella película de culto estaba la espléndida novela de Davis Grubb, publicada en 1953. Notable combinación de realismo casi expresionista y fábula gótica, debe su encanto aterrador tanto a su atmósfera enrarecida y onírica como a su perverso suspense, propio de la mejor novela negra americana de la época...

LA PIEL FRÍA, de Albert Sánchez Piñol

Una muy buena novela, bien escrita y repleta de reflexiones morales. "La piel fría" es más que una novela de mosntruos (menos mal, porque me temía lo pero al empezar a leerla). Efectivamente, el libro trasciende la mera superficia fantástica para ofrecernos un profundo análisis del miedo e incomprensión que nos produce "lo extraño", aquí enfocado en la figura de las bestias marinas. Aunque a veces la novela se pierda en sí misma (justo al principio, el personaje divaga sobre su juventud como militar y esa parte sobra) y parezca un poco cargada (a veces parece que simplemente se querían llenar páginas con algunas reflexiones repetidas hasta la saciedad o los mil y un ataques de los monstruos explicados con todo lujo de detalle), es un libro bien construido, interesante y original. Algo difícil para los libros que se publican hoy en día. 
http://www.tercerafundacion.net/biblioteca/ver/ficha/6440#opinion_6440_2004_01_20T16_36_00

Publicada originalmente en catalán y luego traducida al castellano, Albert Sánchez Piñol escribió una novela sensacional de aventuras, acción y reflexión. Es una obra cortita, angustiosa y frenética. Un libro muy recomendable, fácil de leer y que ha sido toda una revolución en el mercado editorial catalán. Se ha traducido a treintaysiete idiomas.
http://www.tercerafundacion.net/biblioteca/ver/ficha/6440#opinion_6440_2004_03_28T22_02_00

Huyendo en parte de su pasado como activista del IRA, el protagonista llega a una diminuta isla perdida en el océano donde la única edificación es una cabaña del meteorólogo y un faro. Su primera sorpresa consiste en comprobar que el único habitante de la isla no sale a recibirle, pero pronto esto se convierte en un detalle sin importancia cuando descubre que el faro es periódicamente atacado por seres procedentes del mar cuyos objetivos nadie conoce. No tarda en unir esfuerzos con el defensor del faro, Batis Caffó, pero con el paso de los días, y sometido a la extrema tensión de los ataques nocturnos, empieza a replantearse su actitud hacia los supuestos monstruos marinos.

Comentaremos el libro el 22 de marzo de 2012
 

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