martes, 10 de febrero de 2009

La ciudad de los prodigios, de Eduardo Mendoza

Nuestro primer "mamotreto" será La ciudad de los prodigios, de Eduardo Mendoza; no hemos leído hasta ahora ningún libro tan extenso. Pero con cerca de veinte libros leídos y una asistencia consolidada, nos vemos con ánimo de más. No haremos sesión intermedia; tenemos cerca de un mes para sus cerca de 500 páginas de letra muy condensada.

Es uno de los libros principales de Mendoza, y ha dejado huella clara, por ejemplo, en el superventas La sombra del viento. Esta es la sinopsis de la página del autor:

En 1887, Onofre Bouvila, un joven campesino arruinado, llega a la gran ciudad que todavía no lo es, Barcelona, y encuentra su primer trabajo como repartidor de panfletos anarquistas entre los obreros que trabajan en la Exposición Universal del año siguiente. El lector deberá seguir la espectacular historia del ascenso de Bouvila, que lo llevará a convertirse en uno de los hombres más ricos e influyentes del país con métodos no del todo ortodoxos.

Pero es de esos libros donde el resumen importa poco, pues la gracia está mucho más en el cómo se cuenta que en el qué se nos cuenta. Margarita Garbisu ha estudiado uno de los aspectos de su construcción: el juego de realidad y ficción. Por su parte, Eduardo Ruiz Tosaus ha estudiado la manipulación histórica en esta novela que cubre de ironía muchos pasajes y juega a no dejar claros los límites de su veracidad.

2 comentarios:

Darabuc dijo...

Personalmente, soy de una opinión similar. Antes de seguir diré que en nuestro club hemos disfrutado mucho de Sin noticias de Gurb, pero no tiene nada que ver; es solo que la relación de exigencia/risa es notabilísima (y más para los que hemos nacido en Barcelona, como yo, y hemos vivido el estado de ánimo colectivo --y el de las calles-- durante las Olimpiadas y los años previos). En realidad, elegí Gurb para picar al grupo a leer más y que no los arredrara el número de páginas (muy superior y de mayor densidad), sobre todo teniendo en cuenta que aún no hemos leído apenas libros extensos (aunque 1984 lo es, según se mire). No lo digo desde ninguna posición de superioridad, claro, sino desde lo que supongo que corresponde al moderador de un club, que es animar a leer incluidos los libros (buenos) que quizá uno no cogería por sí solo.

Cuestiones locales aparte, a mí La ciudad de los prodigios me parece una gran novela. Y lo es, además, a lo cervantino, es decir, con humor y comprensión por lo humano, y a la vez varios palos que corresponde dar y muchas reflexiones posibles (incluidas las metaliterarias). Diría que no es fácil, sobre todo cuando tendemos a dar más importancia a la tragedia como género.

Gracias por tu comentario.

Darabuc dijo...

Al hilo de otro de los temas que tratabas, yo soy más pesimista que optimista, en el sentido de que la obra más o menos insustancial es tan mayoritaria entre los libros de Mendoza, que no sé si remontará ya el vuelo de nuevo. Preciso que no he leído la última (la de Pomponio Flato), que tuvo muy buena crítica.

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